En el paisaje sociopolítico en constante evolución en el que vivimos, las discusiones en torno a la identidad, la representación y las heridas que sufren las comunidades marginadas y vulnerables se han vuelto cada vez más vitales. Entre estas conversaciones, la exploración de las experiencias Latinx y Chicanx, particularmente con respecto a su herida, se ha convertido en un punto focal conmovedor.
En "La herida y la puntada: una genealogía del cuerpo femenino desde la Iberia medieval hasta el arte de SoCal Chicanx", Loretta Ramírez, profesora asistente de retórica y composición Latinx en la universidad Cal State en Long Beach, profundiza en el análisis de la importancia de las complejidades de los cuerpos Latinx y Chicanx y las heridas que están portando.
Observando lo que sucede en el momento presente, Ramírez contextualiza su exploración dentro de la atmósfera política actual. Aquí, los diálogos sobre vidas marginadas y las desigualdades sistémicas ocupan el centro del escenario. Imprimen su sello sobre el carácter permanente de su trabajo, al señalar que el impulso social de la curación y la integridad se entrecruzan profundamente con las experiencias vividas de heridas dentro de las comunidades Latinx y Chicanx.
A medida que se desarrolla la conversación en el devenir del texto, queda claro que la trayectoria que recorre Ramírez no es solo académica sino también profundamente personal. Está arraigada en sus propias experiencias como una chicana que navega por los espacios de la academia, que tan a menudo la excluyen.
Esta entrevista ha sido editada por longitud y claridad.
No sé si un libro como éste existiría podía haber existido hace 20 años, tal vez incluso hace 10 años: un libro sobre los cuerpos Latinx y Chicanx y el tema de su herida. Entonces, ¿por qué fue importante para usted explorar este tema en estos momentos?
Estoy de acuerdo con usted. Creo que el tema es oportuno justo ahora, pero tal vez no hubiera sido tan bien recibido o siquiera publicado en el pasado. Una de las razones de ello es que tenemos una atmósfera política en el momento en que estamos hablando de las vidas que importan y las vidas que no importan. Creo que pensar en la herida, en el sufrimiento y hacerla visible, creo que somos una gran cultura ... o una sociedad que busca la curación y la integridad. Es que ese definitivamente es nuestro objetivo en la vida, estar bien.
Pero muchos de nosotros vivimos con una herida que no desaparece. Es como una herida lingüística, donde no podemos hablar. La forma en que nos sentimos sería representativa de nosotros mismos. Tal vez sea una herida que ha aterrizado, es decir que no vivimos en los espacios que afirma y conservan nuestra familia y nuestra herencia. Pensamos en algunos de los movimientos políticos recientes, me refiero especialmente a Black Lives Matter. Muchos de ellos se basan en las heridas de la comunidad afroamericana.
¿Qué fue esos movimientos recientes que influyeron en su escritura en el libro?
El libro, que se basa en mi disertación, se completó en 2020. Había mucha herida en aquel momento. Covid había golpeado y estábamos encerrados. Durante el verano de 2020 tuvimos protestas masivas en las calles con Black Lives Matter, y una serie de acciones violentas cometidas contra la comunidad afroamericana. De esa manera el texto pasó de ser una disertación académica a ser un libro. Creo que pensar en la presencia física de ese hombre que no pudo respirar, a quien no le permitieron la respiración, era algo que llamaba la atención.
Creo que eso posibilitó que el libro pase de ser un escrito creado para una audiencia limitada de la disertación a una población de lectores convencionales más amplia. Creo que la herida cuando solo estamos exhibiendo las heridas ... tiene poder.
Quiero hablar de esa palabra, herida. Al final del libro, me pareció una palabra hermosa. Pero algo que me sorprendió ver en el libro fueron las heridas que llevas. Hablaste de tus heridas como estudiante universitaria, luego como profesora y además como chicana. ¿Qué te llevó a eventualmente decidir escribir sobre ti misma para el libro?
Cuando estaba trabajando en mi disertación en la universidad UC Irvine, yo era la única latina en mi grupo y en mi demografía de clase inmediata. Estaba tomando una serie de clases donde mis ideas se topaban con el silencio, con la vacilación, como si dijeran, "¿De qué está hablando esta mujer?" Incluso con el apoyo que me dieron, en mis clases siempre fui marginadas. Mis ideas siempre les parecían extrañas y tuve un gran asesor que supervisó mi experiencia de doctorado que me decía sobre eso: "Investigue. Investigue esas pausas y ese silencio ".
Estaba leyendo en ese entonces un artículo sobre el semilingüismo y pensé: "Esa soy yo, ¿verdad? Esa soy absolutamente yo ". Puedo cambiar los modos, la forma en que estoy hablando. Pero siempre me siento parcial y no entera en todos esos modos. Entonces, cuando estoy pasándola con mis primos, cuya educación fue limitada, yo no hablo como ellos. Es como si dijeran "Oh, ahí está la prima loca". Y cuando vuelvo al entorno universitario y, cuando a veces, mis charlas comunes se resbalan, luego soy la "allí va, la profesora loca". Y así siempre fui. Fui semi, semi de mi cultura, semi de la universidad. Eso fue mi fuente de inspiración.
Me pareció esclarecedor el hecho de que eras lo suficientemente vulnerable como para poder hablar de ti misma de esa manera. Para poder examinar y comprender las heridas, casi tienes que estar en ese mismo estado vulnerable, me imagino. ¿Cómo fue para ti examinarte a ti misma y a otras personas en un estado muy vulnerable?
Recientemente asistí a una conferencia sobre la autoetnografía - el método de investigación que busca analizar la experiencia personal para comprender la experiencia cultural -. Estos escritores que exploran el mundo a través de sí mismos, a través de su lente de experiencias propias, siguieron diciendo: “Pasas por la herida cuando estamos pensando en la herida. No puedes revisarlo, no puedes pasar por debajo, no puedes solucionarlo, tienes que profundizar en la herida para poder de esa manera superarla". Es un acto valiente confrontar la herida.
En el libro, usted dice: "Al observar las heridas de ayer en el prisma de la realidad de hoy, podríamos abogar por la compensación a comunidades distintas mientras celebramos su perseverancia y su resistencia, incluso cuando se encuentran en un estado de herida". ¿En qué momento te dijiste que este era el proceso que ibas a emprender para completar este libro?
Siento que muchas audiencias no entienden la retórica de la herida. Muchas veces cuando alguien dice: “Tengo una herida, no me siento bien, siento que hay problemas", se impone el deseo de ayudar a la persona para que no esté herida, en lugar de escuchar lo que pueda decir sobre la herida, ¿verdad? Queremos poner una venda en nuestras heridas. Sentí que la expresión chicana de herida necesitaba una contextualización.
Hablo de Cherríe Moraga y a veces me he preguntado "¿Por qué estoy estudiando a Cherríe Moraga?" Ella es de la década de 1970-80, hemos escrito sobre ella, hemos hablado de ella, pero realmente no hemos hablado sobre la forma en que ella habla sobre su herida. Esto me llevó a pensar que los escritores chicanos tienen una vida corta en el estante para sus escritos. Hablamos de ellos durante aproximadamente 20 años en la comunidad académica y ya está. Es como decir: "Oh, ya hemos hecho Cherríe Moraga, sigamos adelante. Queremos a la nueva chicana, no queremos a la vieja chicana".
Pero todavía estamos hablando de Shakespeare, todavía estamos hablando de la antigua Grecia cuando estamos hablando de retórica, ¿verdad? Entonces, ¿por qué cierto linaje de pensadores y escritores europeos masculinos recibe miles de años de atención académica, pero con chicanos tenemos que seguir adelante después de un par de décadas? Entonces pensé: "No, yo no, no puedo seguir adelante. Nunca vamos a seguir adelante ".
Me imagino que usted, siendo profesora, informa con sus ideas cuando habla con sus alumnos sobre estos artistas y su obra. Ves su reacción inmediata al trabajo al que los expones. Entonces, ¿de qué manera ser un profesor informa su propio proceso? No me refiero al texto (estudiado) en sí, sino a su experiencia de hablar con una audiencia sobre un tema que muchos no conocen.
Tenía un estudiante que enseñaba los mismos conceptos con Ana Castillo y tuve un estudiante que escribió sobre uno de sus libros y que estaba asombrada. Ella pensaba que ser parcial, ser semi, era una locura. Y leyendo sobre Castillo y el marco que discutimos en clase, realmente nos hizo validarla como una chicana de primera generación. Realmente hizo clic con toda la clase, pero en particular un estudiante permaneció en mi memoria. Se sintió loca como estudiante.
Creo que es casi una palabra perfecta para describir a tantos estudiantes en este momento, ser semi, especialmente los estudiantes Latinx. No necesariamente es demasiado latino/a con su familia, pero tampoco es demasiado académico en la escuela. ¿Usted vio eso en primera instancia como profesora?
Definitivamente, de nuevo, esto proviene de mi experiencia de vida, proviene de observar a mis alumnos y temo lo que les pasa a mis alumnos. Hay demasiada presión solo para decir "Soy 100% este estudiante". Quiero decir, hacer que sea bueno definir la herida y reconocer que en realidad tenemos una tradición retórica de hablar de herida. Creo que ese proceso ofrece licencia para que los estudiantes aborden estas experiencias semi.
¿Quién, cómo, qué escritos la formaron? ¿Quién se imagina usted que leerá su libro? ¿Y a quién se imagina que va a aprender más de él?
Creo que hay muchas audiencias para ello, creo que era muy académico, por lo que es un poco impulsado por la teoría. Así que espero poder ayudar a otros educadores y académicos a pensar en este "intermedio" que muchos de nuestros estudiantes están experimentando. Mi audiencia principal son realmente mis alumnos y [eso] les da algunas ideas sobre el arte. Espero poder exponer a los estudiantes a personas que están haciendo muchos trabajos creativos e inventivos, fotografía y arte, eso es hablar de cómo la herida puede ser generativa. Si estás en una experiencia herida, ¿cómo lo articulamos para curarnos a nosotros mismos?
¿Hay algo que espere que un joven lector chicano pueda ver en su trabajo que alguien que no lo es no puede ver?
Muchas veces en el libro, me limito a la chicana, la experiencia femenina. Y luego lo amplío a la experiencia chicanx. Creo que todavía estamos hablando de la retórica cultural que afecta las identidades masculinas, femeninas y binarias. Así que creo que a veces es muy amplio y que va a una retórica cultural. Pero creo que cuando se acerca a la experiencia femenina, hay mucha encarnación (embodiedness). Creo que las chicanas pueden aprovechar las formas en que las heridas impactan directamente en el cuerpo. Así que hay momentos en los que es una audiencia más amplia, pero en muchos lugares estoy hablando con la chicana. Sí, partes del libro son como un club de chicas.
"La herida y la puntada: una genealogía del cuerpo femenino desde la Iberia medieval hasta el arte de SoCal Chicanx" se lanza el 24 de mayo. Ordene el libro aquí.
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